"Si te mueres mañana, no te quedes con ganas de nada"
Es apenas su segundo material discográfico y ya han causado una expectativa artística importante. Kanaku y El Tigre es una banda originaria de Perú, compuesta por Nico Saba, Bruno Bellatín y Marcial Rey, quienes se definen como una agrupación de folk psicodélico. Cinco años en escena, dos discos en su haber y un estilo en desarrollo y evolución.
El origen del extraño nombre del grupo, nos remonta hasta el quechua, dialecto en el cual la palabra kanaku quiere decir fuego, según nos explica Bruno, quien aportó la palabra a la nomenclatura. Nicolás Saba tenía anteriormente un proyecto titulado El Tigre, por lo que la unión de sus referencias, arroja como resultado el titulo de la banda.
Hace ya algún tiempo que Bruno y Nico formaron aquella banda juvenil "Ritalin". Desde aquellas temprana edades han ido construyendo este proyecto que hoy nos ofrece estilo propio. Su más reciente disco "Quema Quema Quema", cuenta con colaboraciones importantes, que van desde la artesanal portada a cargo del famoso historietista Liniers, quien plasmó de manera atinada el color de la música contenida. También se puede escuchar la voz de la actriz y cantante Leonor Watling, vocalista de la agrupación española Marlango. La también cantante peruana, Pamela Rodríguez hace su aparición con esa dulzura indie que caracteriza su voz. Según los autores, esta producción que les tomó dos años en concretar, esta inspirada en la novela "On the road" del escritor norteamericano Jack Kerouac. Entre sonidos fantasmales, apoyos electrónicos ambientales, guitarras con slide y coros oníricos, nos presentan una evolución considerable sin perder la línea musical que lograron con Caracoles, su primer disco. Mezclado por Matías Cella, fue editado y presentado el mes de mayo por Terrícolas Imbéciles en México, y en Europa por Strut Records.
1. Quema Quema Quema. El disco abre a toma con un órgano avisando el incendio que se avecina, posteriormente una explosión frenética de coros tribales, bajo y panderetas que acompañan hasta el final del disco. Al final de disco aparece la versión en español, ya que el primer corte es en idioma anglosajón.
2. Nunca me perdí. Una balada con bastante sonidos atmosféricos. "Tengo al diablo bailando en mi sala" reza en sus estrofas esta canción panteonera. La instrumentación que precede al final de la canción, muestra un equilibrio armónico entre el bajo, guitarras y percusiones. La secuencia final nos transporta a una película de terror.
3. Pulpos. Es bastante raro escuchar la fortaleza vocal de Leonor Watling en medio de una delicada batucada, así es el inicio de esta canción. Sin embargo no hay que fiarse de la calma del principio. Esta canción no se despega de la costa a la que nos transportó, finalizando con una secuencia de percusiones y coros.
4. Quien se queda quien se va. Melancolía de los que se quedan, de los que sólo miran como los demás se despiden y acuden a su destino explorador.
5. Si te mueres mañana. Definitivamente la canción más destacada del disco, poseedora de un coro con moraleja incluida. Rítmica y pegajosa. Distorsión del bajo que lo hace resaltar y sonidos incidentales que enriquecen. "No te quedes con ganas de nada" nos trata de insertar en el subconsciente.
6.- Bubucelas. Quizás la canción más interesante de este material. Inicia con una guitarra campirana y esa voz delicada que transporta fuera de este mundo. Estructura un tanto country, y con aportaciones del piano que llenan de nostalgia. No me queda clara la referencia del nombre, ya que el instrumento parecido a la trompeta que se popularizó en el mundial de fútbol de Sudáfrica, se escribe vuvuzela.
7. 10 Años. Un blues de añoranzas vocacionales. Se puede escuchar muy en el fondo incluso una armónica.
8. Hacerte venir. La participación de Pamela Rodríguez amplía el espectro vocal en esta canción. De nuevo la calma de la guitarra campirana nos lleva hacia una relajación mental, sin embargo la letra es enigmática, en momentos funeraria, en otros casual. El silbido es un detalle agradable de la pieza.
9. Burn Burn Burn. La segunda canción en inglés de la producción. Una pieza con coros tribales y ritmos bailables que la podrían colocar en algún antro juvenil sin problema.
10. Fin. Para concluir la propuesta, una canción seria y firme. Hay un cambio de intensidad a la mitad de la canción que nos lleva hacia un rock soft muy bien logrado. Se percibe la voz de Pamela Rodríguez como apoyo, sin embargo no pude confirmar esta información.
11. Quema Quema Quema. La versión en español del primer track de este disco. Nos damos cuenta que en realidad, la fuerza rítmica supera a la letra.
Es complicado clasificar la música de Kanaku y El Tigre, ya que mantiene un enigma audible en su estructura melódica. Es agradable al oído, en algún momento hasta relajante podría resultar. En una opinión personal, existen construcciones musicales que me recuerdan a Devendra Barnhart o Adanowsky.
2. Nunca me perdí. Una balada con bastante sonidos atmosféricos. "Tengo al diablo bailando en mi sala" reza en sus estrofas esta canción panteonera. La instrumentación que precede al final de la canción, muestra un equilibrio armónico entre el bajo, guitarras y percusiones. La secuencia final nos transporta a una película de terror.
3. Pulpos. Es bastante raro escuchar la fortaleza vocal de Leonor Watling en medio de una delicada batucada, así es el inicio de esta canción. Sin embargo no hay que fiarse de la calma del principio. Esta canción no se despega de la costa a la que nos transportó, finalizando con una secuencia de percusiones y coros.
4. Quien se queda quien se va. Melancolía de los que se quedan, de los que sólo miran como los demás se despiden y acuden a su destino explorador.
5. Si te mueres mañana. Definitivamente la canción más destacada del disco, poseedora de un coro con moraleja incluida. Rítmica y pegajosa. Distorsión del bajo que lo hace resaltar y sonidos incidentales que enriquecen. "No te quedes con ganas de nada" nos trata de insertar en el subconsciente.
6.- Bubucelas. Quizás la canción más interesante de este material. Inicia con una guitarra campirana y esa voz delicada que transporta fuera de este mundo. Estructura un tanto country, y con aportaciones del piano que llenan de nostalgia. No me queda clara la referencia del nombre, ya que el instrumento parecido a la trompeta que se popularizó en el mundial de fútbol de Sudáfrica, se escribe vuvuzela.
7. 10 Años. Un blues de añoranzas vocacionales. Se puede escuchar muy en el fondo incluso una armónica.
8. Hacerte venir. La participación de Pamela Rodríguez amplía el espectro vocal en esta canción. De nuevo la calma de la guitarra campirana nos lleva hacia una relajación mental, sin embargo la letra es enigmática, en momentos funeraria, en otros casual. El silbido es un detalle agradable de la pieza.
9. Burn Burn Burn. La segunda canción en inglés de la producción. Una pieza con coros tribales y ritmos bailables que la podrían colocar en algún antro juvenil sin problema.
10. Fin. Para concluir la propuesta, una canción seria y firme. Hay un cambio de intensidad a la mitad de la canción que nos lleva hacia un rock soft muy bien logrado. Se percibe la voz de Pamela Rodríguez como apoyo, sin embargo no pude confirmar esta información.
11. Quema Quema Quema. La versión en español del primer track de este disco. Nos damos cuenta que en realidad, la fuerza rítmica supera a la letra.
Es complicado clasificar la música de Kanaku y El Tigre, ya que mantiene un enigma audible en su estructura melódica. Es agradable al oído, en algún momento hasta relajante podría resultar. En una opinión personal, existen construcciones musicales que me recuerdan a Devendra Barnhart o Adanowsky.
Para este disco, propongo como maridaje el famosísimo y legendario Pisco, que desde el siglo XVI es el destilado típico peruano, elaborado a partir del fermento de uvas Vitis vinifera muy presente en aquel país, aunque exista algún tipo de disputa con Chile sobre su origen.