jueves, 26 de febrero de 2015

Xenia... Odisea griega con aires de diversidad

La cuarta película del griego Panos H. Coutras, fue exhibida con crítica favorable en el Festival de Canes 2014 dentro de su selección oficial, y llega hasta nuestro país en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara en su edición 2015.

Xenia nos muestra problemáticas un tanto ajenas a nuestro panorama pero sensiblemente parecidas a nuestra cotidianidad, como la situación migratoria de los ciudadanos albaneses en Grecia, su intento por ingresar a un país dentro de la Comunidad Europea y el rechazo que sufren por parte de grupos denominados neonazis. De igual manera nos ofrece en pantalla, el repudio que existe aún en ciertos sectores de la sociedad europea, hacia las personas homopreferentes sexuales.


El ritmo del filme es dinámico. Coquetea con el género road movie; ya que no existe alguna locación base y el mayor porcentaje de la película, es el camino desde Creta hasta Tesalónica, pasando por la gran Atenas; sin embargo, domina la comedia con algunos tintes sutiles de drama. Tiene un contenido musical muy definido y frecuente, presentándonos como invitada a la gran cantante italiana Paty Pravo, quien tiene fama reconocida desde finales de los años 60's. La fotografía no es tan espectacular como podría esperarse, incluso en ocasiones podemos observar imágenes muy sobrepuestas. La trama atrapa inmediatamente, y me parece acertada la manera de tocar temáticas sociales de actualidad, ya que no lucen forzadas ni exageradas.

Los personajes centrales son dos hermanos de madre albanesa y de padre griego, quienes no tienen tienen pasaporte comunitario y viajan en búsqueda de su progenitor para resolver su problemática migratoria. Una vez que fallece la madre de ambos, Dany (Kostas Nikouli) de 16 años, el más joven de los dos hermanos, viaja de la isla Creta rumbo a Atenas en búsqueda de Odysseas (Nikos Gelia) de 18 años. Ambos parten con rumbo a Tesalónica para investigar el paradero de su padre, enfrentando situaciones de peligro y reafirmando la hermandad contenida durante años.

Abordar la cuestión de preferencias sexuales siempre conlleva un riesgo latente, y esta producción lo maneja con un profundo sentido de tolerancia. Incluso el personaje heterosexual desarrolla escenas de una serenidad extrema para con su hermano homosexual. De igual manera, dibuja una personalidad infantil retardada en uno de los protagónicos, situación que imprime una delicada moraleja al final de los 128 minutos que el director Coutras nos regala atreves de su producción cinematográfica Xenia.

Recomendable. Siempre es importante echar un vistazo a la mirada del lente en otras latitudes.

   
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domingo, 22 de febrero de 2015

Música de timbal, bongó y Jazz... Celia Mur y Hugo Fernández

Los intentos por folclorizar el Jazz a lo largo y ancho del planeta tierra nos han regalado verdaderas joyas musicales. Este género tiene presencia e impacto mundial tal, que nos tomaría una vida lograr escuchar todas sus ramificaciones en la historia. Desde su origen a finales del siglo XIX en el sur de los Estados Unidos de América, siendo más específicos en el estado de Luisiana, el Jazz ha sido y será, el tesoro musical de este país para la humanidad.

Amerikanda es un material discográfico cuidadosamente elaborado por la cantante oriunda de Andalucía, Celia Mur; y el guitarrista orgullosamente mexicano Hugo Fernández. Desde su lanzamiento en el año 2012, Amerikanda ha cosechado críticas positivas entre los conocedores del género, presentándose en diversos foros de España. El disco contiene once piezas impresas con sello de calidad, una fusión sui - géneris del jazz con el folclor latinoamericano, sin pasar por alto el amplísimo horizonte flamenco, logrado a través de la voz de Celia.

Como un antecedente obligado de esta producción, Celia Mur es una docente del Berklee College of Music en Valencia, con más de quince años de experiencia frente a grupo. Por su parte Hugo Fernández, desarrolló en el año 2003 el plan de estudios de armonía de la Academia Fermatta en México y además estableció el material didáctico, siendo parte fundamental del convenio de dicha academia musical con el Berklee College.

El disco es recomendable para las personas que gustan de ampliar su horizonte musical con fusiones de diversos ritmos. Canciones entrañables que nos remontan a otra época y nos ofrecen una versión con identidad propia: la sorpresiva De un mundo raro del gran José Alfredo Jiménez; Luz de luna del maestro Alvaro Carrillo, interpretada en una especie de sirtaki griego; Yo te diré, música de la película Los últimos de Filipinas en la España de 1945; Tonada de ordeño del inolvidable y llanero Simón Díaz. De Consuelo Velázquez, nos regalan la delicada versión de uno de los éxitos de la nacida en Jalisco, México, hablamos de Amar y vivir.

En la canción Poinciana/Nanita, se encuentra una mezcla intrigante y bien aligada de folclor hispanoamericano. Poinciana es una pieza basada en La canción del árbol de origen cubano en 1936, mientras que Nanita es un villancico proveniente de Alicante, España llamado A la nanita nana. Al final de esta pieza, se puede escuchar la ternura de una voz infantil que roba una sincera sonrisa.

Celia y Hugo han logrado un ensamble agradable al oído; es recomendable escucharle completo para tener un panorama claro del proyecto. Podría acompañarse con cada una de las bebidas que integran el menú hispanoamericano, pero me viene a la mente un espirituoso ron con hielo.


Celia Mur – De un Mundo Raro
Celia Mur – Luz de Luna
Celia Mur – Amar y Vivir

   
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sábado, 14 de febrero de 2015

Música campirana con sabor a jazz&rock... Norah Jones y Billie Joe Armstrong



Hablar de música country & western nos remonta hasta los años 20's en las zonas rurales de Estados Unidos y algunas regiones marítimas de Canada. Es el resultado de una mixtura transoceánica entre ritmos irlandeses emigrados a norteamérica y armonías preexistentes como el blues y el gospel. Este folklore en su establecimiento y fusión con el rock and roll, nos ha obsequiado históricamente artistas que son parteaguas en la historia musical: Elvis Presley, Johnny Cash, Jerry Lee Lewis, Bill Haley, Buddy Holly y Bob Dylan, entre muchos otros.


Billie Joe Armstrong (vocalista de la agrupación de rock Green Day) conoció a Norah Jones tras un concierto en el que fueron invitados a participar a lado de Steve Wonder; rapidamente lograron una química profesional. Billie Joe ha confesado que desde pequeño escuchaba con frecuencia a la agrupación de música campirana The Everly Brothers, por lo que buscó a Norah para grabar algunas canciones  del material discográfico Songs our daddy taught us de 1958. Es así como surge"Foreverly", cuyo nombre hace total alusión al dueto compuesto por Donald y Phil Everly.


La combinación musical de una jazz woman con un rockstar sin duda es atractiva y sensacionalista de primera instancia, incluso podría resultar impactante y complicada de asociar. "Foreverly" logra armonizar con perfección las voces de ambos, combinadas con elementos característicos del género como la armónica, el violín y el banyo, además de un delicado juego de percusiones que nos transporta a parajes sureños; dan ganas de abrir las puertas - persiana de madera chirriante de alguna cantina del viejo oeste.

El disco abre a toma con la canción Roving Gambler, de autoría misteriosa que narra la historia de un ludópata de la época, con una genial e impecable rima.


El primer sencillo de esta entrega fue la rítmica Long time gone, y posteriormente fue presentada en sociedad la canción Silver haired daddy of mine. Piezas tradicionales como Who's Gonna Shoe Your Pretty Little Feet?, Barbara AllenRockin' Alone (In an Old Rockin' Chair), hacen de este disco un momento entrañable que puedes disfrutar en esas tardes de zozobra, acompañadas de un Bourbon al puro estilo del oeste.

El riesgo tomado en esta producción, corresponde a la calidad impresa y al profesionalismo de ambas figuras artísticas, es un ejemplo de que las influencias musicales tempranas en la mente creativa de las personas, tarde o temprano suelen materializarse.


viernes, 6 de febrero de 2015

Música de jazz angelical y academia... Motis & Chamorro

Iniciando un nuevo mes en la búsqueda constante de música exquisita, me encontré con una angelical presencia en el jazz. Con frecuencia ponderamos una voz portentosa y profunda en este género, sin embargo, recomiendo hacer una excepción en este caso.

Andrea Motis es una cantante e instrumentista de nacionalidad española, que cuenta con la edad de sólo 20 años. Desde sus 7 ingresó a la Escola Municipal de Música de Sant Andreu, para aprender Trompeta y posteriormente Saxofón. Joan Chamorro, profesor de ese instituto, la invitó a colaborar al Sant Andreu Jazz Band, que él dirige. De este fenomenal descubrimiento surgieron joyas de la música, como el disco Feeling Good del año 2012.

La interpretación delicada e infantil de Motis, respaldada por el acompañamiento impecable de la orquesta diriga por Chamorro, hacen de este disco una delicia armónica. La canción que da nombre al disco (Feeling Good), nos ofrece un nuevo espectro desde el cuál podemos apreciar esta composición de los ingleses Anthony Newley y Leslie Bricusse, y que ha sido interpretada por diversos artistas de la talla de Nina Simone y Sammy Davis Jr.

Quizás las canciones en las que se puede apreciar la espontaneidad coqueta de Andrea, son Between the devil and the deep blue sea de 1932 y Gee baby ain't I good to you escrita por Andy Razaf en 1929, ésta última interpretada incluso por la gran Ella Fitzgerald.

Moon river y naturalmente Lullaby of Birland podrían resultar canciones perfectas de arrullo, indispensables para esos días atribulados, nos transportan al deseo de descansar y dormir pensando cosas lindas.

Recomendaciones personales de este disco: Hallelujah de Leonard Cohenque en voz de Andrea puede ser una canción de esperanza y aliento. My funny valentine, famosa interpretación del crooner por excelencia, Frank Sinatra. How insensitive, una adaptación en inglés de Insensatez del gran Antônio Carlos Jobim. Y por razones naturales, Bésame mucho de nuestra Consuelo Velázquez, brilla por sus platillos constantes al puro estilo de jazz.

Siempre es grato encontrar ejemplos de la infancia acercándose a la música, Andrea Motis es una ilusión de prácticas en réplica. Este disco antoja a tener un whiskey en mano, pero por tratarse de algo angelical, será únicamente un jugo de uva esta vez.