martes, 12 de abril de 2016

Cuatro días para decir adiós. Truman (Una sonrisa a la vida)

Cuando pensamos en una película de coproducción argentina – española, podríamos imaginar muchos nombres de actores. Sin embargo, el director catalán Cesc Gay, atinó en elegir dos de los mejores intérpretes de esos países.

Por un lado tenemos a Ricardo Darín, quién recientemente participó en la multipremiada película Relatos Salvajes de Damián Szifron, y quién también, nos fue llevando de la mano en una aventura policiaca acompañada del amor maduro en El secreto de tus ojos, y una larga lista que rebasa las cuarenta películas desde 1972.

Del otro lado del océano, un camaleón ibérico, que igual nos puede hacer carcajearnos hasta doblarnos torácicamente (Amantes pasajeros), quedarnos con la boca en forma de circulo de la impresión (Hable con ella), o ponernos serios ante su impenetrabilidad (Lucía y el sexo). Hablamos de Javier Cámara, un consentido del cine español quién ha logrado más de una treintena de papeles y dos Premios Goya hasta el momento, como protagónico y como reparto.

El filme nos logra arrancar sensibilidades a lo largo de los 108 minutos de duración, manteniendo una expectativa constante a pesar de su ritmo lento. La narrativa nos lleva por cuatro días en la vida de nuestros personajes, sin embargo, nada queda flotando, parece que la claridad en la película nos es un obsequio prematuro y bien valorado.

Es posible plantear situaciones cómicas en temáticas tan dramáticas, al menos es una lectura personal del espíritu que el director quiso lograr con la historia. Parece que Cesc Gay ha logrado dominar esta ambigüedad genérica, ya que en Una pistola en cada mano, logra mezclar la comedia con el drama. Cabe destacar que, en ambas producciones repite reparto con Javier Cámara y Ricardo Darín.


Dejo al lector la completa libertad de observar el tráiler, pero recomiendo no tener información alguna sobre la trama, para disfrutar de las sensaciones que nos ofrece la incertidumbre. Dejarse llevar por la oleada de sentimientos, y ¿por qué no?, al finalizar la película, tomar el teléfono y decir a aquellas personas, lo que no nos hemos atrevido a externar.


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