lunes, 5 de octubre de 2015

Música mobiliaria tapatía... Elliot The Furniture

En ocasiones para encontrar talento debemos escarbar un poco. A veces nos persigue la suerte, pero sin duda, emprendiendo la búsqueda y no conformándonos con lo limitado que nos ofrecen la mayoría de los medios masivos de comunicación, llegaremos a ampliar nuestras posibilidades de éxito. Esta columna pretende seducir y profundizar en la creatividad de algunas propuestas musicales que no necesariamente gozan de los reflectores mediáticos. Ojalá nuestra sociedad volteara sedienta de talento, y no de poses, escándalos y banalidad.

Indagando en las bandas emergentes en la ciudad de Guadalajara, fui a dar con este proyecto que ilusiona y enorgullece. Se trata de jóvenes logrando un equilibrio melódico y la construcción de un estilo musical. Al primer contacto sonoro, podría pensarse que se trata de alguna agrupación con varios años de experiencia, y a la altura de propuestas de vanguardia internacional. Después de contactarlos, su sencillez y la actitud que emanan, logran contagiar y captan la atención.

Elliot the Furniture, es una banda surgida de la colonia Ladrón de Guevara en la perla tapatía, posteriormente mudándose, sin abandonar la Zona Metropolitana de Guadalajara, a la bella Zapopan, actualmente afincados en la colonia La Estancia. La primera duda podría resultar muy simple, la nomenclatura. Un sujeto introvertido de semblante poco expresivo y más bien rígido como un mueble, amigo en común de los integrantes de la banda y que en realidad no se llama Elliot, es el personaje que da nombre a la agrupación. La siguiente pregunta que me podría formular es, ¿por qué cantar en el idioma inglés?, inmediatamente me respondo ¿y por qué no?, actualmente los lenguajes pueden resultar una limitante para la expresión, y son sólo una cuestión de forma, no de fondo. 

René Garcin en la guitarra, Aldo Quintero tocando el bajo, Gabriel Núñez "Cache" y su batería. Fito Delgado en las guitarras y Andrés en las voces, guitarra y el ukele. Acompañados de Onier Bacallao, trompetista cubano que imprime un diferenciador armónico importante. Su disco debut Wish me luck, fue grabado en el estudio Santo Jalisco, producido por Javo Muñoz y Fito Delgado, quien se uniría a las filas después de esta experiencia.

Hay elementos que atrapan al escucharlos, entre ellos, el respeto en los instrumentos que integran la producción, el cuidado de no sobreponer ninguno de ellos otorga una identidad y autenticidad. Los vientos son una poderosa herramienta que nos sitúa en algún paraje de Jalisco, poniéndole el sello de pertenencia. La combinación de gustos eclécticos, de talentos instrumentales y vocales, la intención de disfrutar el sonido que producen y la honestidad de defender musicalmente un proyecto. Algo así me transmite Elliot the Furniture al escucharlos.

Shine. Canción anti procrastinación y una invitación a salir de la zona de confort. La mezcla de ukelele, trompeta, las notas atmosféricas de guitarra eléctrica y la voz relajada y apacible, hacen de esta canción, una manera convincente de abrir la producción discográfica.

I'm only dreamin'. Percusiones y guitarras amistosas abren a toma en este tema. Me remontó a un momento imaginario acústico de The Smashing Pumpkins. Existe una elegancia creativa en las estructuras de composición. El solo de guitarra en medio de la canción es una dulce sorpresa. La tensión generada al inicio del tema, se resuelve de manera cadenciosa hasta su final.

Ghost of a story. Guitarras rítimicas dan inicio a esta canción que resulta ser bastante pegajosa. La trompeta lejana le da un toque elegante. El final es la mezcla de todos los elementos sin llegar a la saturación.

Make it easier. Un sonido instrumental muy cercano a The Whitest Boy Alive, la limpieza y lo orgánico de las guitarras, la batería llena de platillos y el bajo marcando el ritmo que inmediatamente me transporta a una pasarela de moda. El mensaje podría ser, una súplica de aligerar el proceso de acercamiento.

Wish me luck. Aires dylanianos en este tema. Guitarras acústicas acompañando una voz como de otra época. El coro invadirá tu día, una vez que le escuchas, probablemente no saldrá de tu mente en horas. El bajo que precede al coro es un agasajo musical. La instrumentación en la coda logra situarnos emocionalmente en la temática de la canción, que por más esperanzadora, no deja de ser una despedida. 

Nothing's real. Instrumental y letrísticamente, es la canción con mayor complejidad del disco. Las guitarras y el bajo te llevan de la mano por atmósferas nostálgicas. La batería casi marcial aparece y desaparece con displicencia. La trompeta es el clímax de la canción, nos despide dulcemente recordándonos que a pesar del viaje musical, nuestros pies nunca se despegaron de Jalisco. Este track nos deja claro que, Elliot the Furniture es una realidad.

Coming home. Comienza lentamente hasta lograr una secuencia que durará hasta el final. El bajo se luce, y antes de comenzar la voz, ya esta logrado el ensamble delicado. Otro coro que permanecerá en tu inconsciente melódico por horas. El regreso al hogar que todos necesitamos, el buscar la paz de alguna manera. La forma de cerrar este material discográfico habla de la minuciosidad con la que fue ideado. La trompeta combinada a la secuencia bien lograda desde un principio, te hace pensar que siempre estuvo ahí, esperando a emerger y apoderarse de la canción.


Para maridar esta sorpresa auditiva, propongo el democrático Tejuino, bebida tradicional de nuestra Guadalajara y sus alrededores, que nos refresca en esos días de calor y que contiene una imperceptible y reducida medida de alcohol.




   
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