Inicia hoy un intento más por aligerar el peso que le doy al poder de la palabra... al hacer gráfico mi pensamiento. Es cuestión de respeto, de otorgarle una jerarquía a la seria labor de exteriorizar la opinión. Sé que es un proyecto más bien personal, y que no debería tratar tan definitivo el tema, pero no puedo dejar de pensar que la responsabilidad respalda a las letras.
No podía dejar pasar la oportunidad de cortar un listón, de dar el banderazo inicial y de bienvenir a mi isla a todo aquel que busque naufrago que guste de compartir y de alimentar el alma con letras vanas. Debo advertir que no será tan fácil leer este panfleto... pero "nadie nos prometió un jardín de rosas, hablamos del peligro de estar vivos".
Desde la isla sin nombre, desde el punto más alejado de lo lejano. Sin localización en google maps. Desde ahí donde no te imaginas. En el lugar menos localizable del universo. Desde ahí escribí estas líneas que quedarán para la posteridad.
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