"Respiro hondo, respiro profundo. canto para limpiar en mi alma"
Hemos sido testigos de la evolución melódica e instrumental de Natalia Lafourcade, que desde sus inicios ya mostraba una inquietud musical y una sed de aprender nuevas formas de crear armonías. Sin duda el Método Macarsi, empleado por su madre como enseñanza musical, funciona y Natalia es la prueba plena de ello. Nacida en Coatepec, Veracruz, ya desde pequeña ubicó su pasión por la música e ingresó a la Academia Fermata, podemos apreciar su continuidad, en las múltiples colaboraciones con artistas de variados géneros, y su discografía que comprende cinco álbumes y un EP.
Hasta la raiz, su más reciente material discográfico, llega después de una larga espera de seis años sin grabar composiciones propias, ya que Mujer Divina, es un tributo al gran Agustín Lara, en el que se rodeó de personalidades interesantes que sin duda, han contribuido en riqueza musical para ella, tales como Jorge Drexler, Gilberto Gil, Meme de Café Tacuva, León Larregui, Vicentico entre alguno otros que, no debería dejar afuera del listado, pero se haría largo este párrafo.
El progreso de Natalia en cuestiones de producción musical, manejo de instrumentación, interpretación y feeling vocal, es audible e imposible de negar. Se puede apreciar un gusto intenso en decorar los temas, de confeccionar los arreglos con asertividad y pasión. No hay ninguna prisa por exigirle temáticas distintas, el amor y el desamor es una etapa disfrutable y enriquecedora, al final cada artista tiene sus momentos y su proceso. Hasta la raíz nos lleva por un intenso viaje progresivo en su depresión, ya que comienza con trazos de enamoramiento, siguiendo con decepciones amorosas y al final nos entrega el sabor de la esperanza y la asimilación de un nuevo comienzo. El desarrollo musical nos guía por caminos diversos, baladas, folk, rock pop, incluso por zonas oscuras y de brillo armónico. recomiendo escucharlo con audífonos para no perder detalles sutiles.
Hasta la raíz. Suena a una especie de Baguala o Vidala, que nos transporta a una zona folk del disco. La estructura melódica tiene una sencillez estética que se introduce en nuestro cerebro inmediatamente, sin darnos cuenta. Fue una composición en la que Leonel García tuvo participación activa.
Mi lugar favorito. Un soft punk "muy honesto". Es enriquecido con programaciones y secuencias exquisitas, y un bajo con trazos tendientes al infinito.
Antes de huir. Una balada estilo rock 'n' roll que transporta a un baile de graduación. Con una base pianística y un loop percusional que invitan a bailar "de cachetito".
Ya no te puedo querer. Un rock pop muy bien logrado. El juego de cuerdas otorga elegancia y una atmósfera de tensión a este tema, la intro de guitarra que acompaña hasta el final de la canción, tiene acordes interesantes.
Para que sufrir. Un agradable bossa a la Chico Buarque. Seduce a tumbarse en la costa y cerrar los ojos. Juan Manuel Torreblanca participa en la composición y Cachorro López en el arreglo.
Nunca es suficiente. Por un momento pensé que escucharía ¿Por qué te vas? de José Luis Perales en voz de Jeanette. Un rock pop con matices de los 70's. Daniela Azpiazú de la agrupación María Daniela y su sonido lasser colaboró en esta composición.
Palomas blancas. Letrísticamente, es el tema con mayor fuerza y profundidad del disco, una poesía acompañada con un ambicioso juego de cuerdas.
Te quiero ver. Una vuelta a los orígenes de Natalia. Una canción totalmente pop que nos recuerda sus primeras producciones, con el guiño del crecimiento en producción. Es la canción con mayor alegría rítmica del álbum.
Vámonos negrito. Una mezcla entre Son y Danzón al puro estilo de Agustín Lara. Una melancolía por México se respira en esta canción, entre juego de cuerdas y vientos, nos evocan al puerto veracruzano.
Lo que construimos. De esas canciones que, por sus acordes, te pone tan de buen humor que incluso te hacen bailar y tararear. Me encantaría escucharla acompañada con Kevin Johansen o Meme de Café Tacuva. A pesar de la tristeza inmersa en la letra, la estructura armónica nos ofrece un dejo de esperanza. "Eras una apuesta de largo plazo".
Estoy Lista. Una balada rock emocional que me hubiera encantado escuchar con matices de blues. Una auto - afirmación de superación, que lleva poco a poco al solo de guitarra que suena un tanto Beatle.
No más llorar. Esta canción es un perfecto broche de oro. En mi opinión es la más avanzada composición y el arreglo mejor logrado. Impregnada de vibraciones positivas. El final de la canción me remonta a Damien Rice en alguna coda de sus canciones.
Sin entrar a más detalles, parece que Natalia se ha recuperado de una ruptura amorosa que imprime en la producción musical. Confieso que espero con ansiedad escuchar el concierto de este disco, ya que Lafourcade posee un dominio escénico y una profunda pasión interpretativa que contagia. Me deja con un grato sabor de boca y con una muy alta expectativa en su futuro. El maridaje para este álbum es un Torito de Nanche.
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